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CUENTOS



CUENTO… 1
EL PASEO DE COCO EL CARACOL

(NARRADOR)
Era un día de primavera cuando Coco el caracol, decidió salir a dar un paseo.
Levantó su casita,-pues ya la llevaba a cuestas- empezó lentamente a arrastrarse por un camino de hierba, andaba y andaba, mientras que el sol quemaba su casita, coco, no aguantaba el calor, ya que su cuerpo lo tenía dentro de ella. Coco miraba de un lado a otro buscando una sombra donde poder estar fresquito pero no veía nada, solo había en su camino, hierba y paja seca. Cansado de tanto caminar, coco solo pensaba en encontrar un sitio donde refrescarse, -ya que la concha se derretía de lo caliente que estaba- y además tenía mucha hambre…
Coco seguía andando y buscando una planta para poder comer y tomar la sombra.
En su largo caminar, de subidas y bajadas, no pensaba nada más que en encontrar esa planta rica para comer y descansar, se paraba y olfateaba a ver si conseguía por el olor encontrarla.
En una de sus paradas coco pensaba que lo iban siguiendo, se sentía observado, -y se preguntó-
(COCO)…
¿Dónde  puedo esconderme, para ver quién me sigue?
(NARRADOR)…
Coco miraba y miraba, y no veía nada para esconderse. Y siguió andando… y pensó, -¿y si me escondo en mi casita?-
y así lo hizo, metió todo su cuerpo en la concha quedándose muy quieto… De pronto… oyó unos ruiditos extraños…
(HORMIGA)…
Chsssss… chsssss… 
(NARRADOR)…
Oía,  Coco, pero no hizo caso. Quedándose muy quieto dentro de su concha.
(HORMIGA)
Chsss… chssss…
(NARRADOR)…
Volvió a oír… y coco con  sus ojitos muy abiertos fue sacando su cabeza para mirar quien era.¡ Muy asustado… Coco vio que era algo de color oscuro y con muchas patas… Con voz de miedo coco le pregunto…
(COCO)…
¿Quién eres tú?
(NARRADOR)…
Contestándole el otro bichito.
(HORMIGA)...
Yo, soy una hormiga,  y me llamo Flirt, Y tú, ¿Que eres? ¿Cómo te llamas? ¿A dónde vas por este camino?
(NARRADOR)…
Coco, estaba asustado con tanta pregunta y solo pudo decir…
(COCO)…
Me llamo Coco y tengo mucha hambre…
(NARRADOR)…
La hormiga Flirt  le dijo a Coco,
 (HORMIGA)…
Por este camino no encontraras comida, pero dime, ¿que eres?
(NARRADOR)…
Coco ya más tranquilo le dijo a la hormiga…
(COCO)…
Flirt, yo soy un caracol, y estoy buscando una rica planta donde poder comer, ¿Tú sabes dónde hay hierba así?
(HORMIGA)…
 SI… si quieres yo te acompaño, y te enseño un sitio donde crecen las más verdes hierbas y además están riquísimas, umm.
(NARRADOR)…
A coco se le hacia la boca agua pensando en la hierba y además rica, como le decía la hormiga Flirt.
(COCO)…
Venga vamos, te acompaño, llévame a ese lugar donde dices que hay rica comida.
(NARRADOR)…
Y así se hicieron amigos Coco el caracol y Flirt la hormiga… Caminaron un buen rato, cuando de pronto Flirt, echó a correr dando vueltas y revolcándose por la hierba, le decía a Coco…
(HORMIGA)…
¡Bien, ya hemos llegado! ¡Hurra, hurra, que bien se está aquí! ¡Mira Coco, aquí tienes para elegir, hay hierba de toda clase, y de todos gustos! ¿De qué sabor te gusta más coco?
(NARRADOR)…
Coco, contento porque ya podía comer y así su estómago no le daría más lata, le dijo…
(COCO)…
-Me gusta toda la hierba Flirt, pero la que más me gusta son las que dan buen olor. El hinojo, el tomillo, el romero, la hierbabuena, y muchas otras más.
(NARRADOR)…
La hormiga le dijo a Coco…
(HORMIGA…
 -Ven coco que yo te voy a enseñar una hierba  muy rica y con un olor, ummm, muy bueno- ¡Creo que te gustara!
(NARRADOR)…
Y flirt llevo a Coco hasta una mata de hierba, con unas ramas altas llenas de hojas muy verdes y con un olor…ummm…Impresionante…Coco estaba feliz… y no paraba de darle las gracias a la hormiga Flirt…
(HORMIGA)…
 -Bueno amiguito, ya te tengo que dejar, he de seguir mi camino, para mi hormiguero encontrar, aquí no me puedo quedar, porque mi familia me espera para trabajar-
(NARRADOR)…
Y despidiéndose de Coco la hormiga flirt siguió su camino. Coco, empezó a subir despacito por el tronco de esa hierba que tan buen olor tenia y además se veía muy tierna, cuando de pronto, tropezó, con algo muy verde y peludo…
(ORUGA)…
-Mira por dónde vas, muchacho-
(NARRADOR)…
Oyó coco, pero no pensó que le estaban hablando a él y siguió subiendo por el otro lado del tronco, para llegar a una hoja tierna que había visto…
(NARRADOR)…
De pronto, la misma voz dijo…
(ORUGA)…
-Eh… tú, chaval, eres sordo, te he hablado a ti, no sabes que esta planta está ocupada por mí, o es que también, eres ciego-
(NARRADOR)…
Coco, estirando sus antenas, arrastro su cuerpecito hasta donde estaba ese bulto verde y peludo y le dijo…
(COCO)…
-No, no señor no soy sordo, tampoco ciego, pero no pensé que la planta tuviera dueño,  ¿Es usted el dueño?
 (ORUGA)…
-Pues claro que soy la dueña- -no ves que soy verde como la planta, soy una oruga y me dispongo a poner mis huevos en esas hojas tiernas- Por eso esta es mi casa, y no puede estar nadie más- -pero dime chaval-  ¿Tú que eres y cómo te llamas?
(COCO)…
Me llamo Coco y soy un caracol, y tú señora oruga cómo  te llamas,
(NARRADOR)…
 La oruga, haciendo morritos le dijo a Coco
(ORUGA)…
-Umm…Mi nombre no importa, y quiero que te vayas-
(NARRADOR)…
Coco con cara de sorpresa y medio asustado le dijo a la oruga…
(COCO)…
¿Pero, porque no me quiere decir su nombre,  y porque quiere que me vaya? -Déjeme compartir esa hoja tan tierna, la que está en todo lo arriba, le prometo, que no le molestare y cuando calme mi hambre me marchare-
(NARRADOR)…
Coco miraba a la oruga con cara de pena, esperando que ella le dijera algo y le diera el permiso para comerse la hoja que había visto…Pero la oruga solo lo miraba y miraba y no le decía nada…Así que coco dando un suspiro, le dijo a la oruga…
(COCO)…
¡Ay! Señora oruga, ni me dice su nombre ni me deja pasar a comer… Llevo todo el día sin comer, y cuando encuentro algo que me gusta, no lo quiere compartir conmigo, sea buena oruguita, comparta esta planta conmigo, no le da lástima de mí, un pobrecito caracol chiquito y solito, por favor deme la hoja-.
(NARRADOR)…
Y Coco se puso triste y lloroso… La oruga, aunque ya era mayor, y pensando en los hijitos que salieran cuando ella pusiera los huevos… sintió lastima de Coco, y le dijo
(ORUGA)…
Coco… ¿es así como te llamas?
(COCO)…
-Si señora, ese es mi nombre-


(ORUGA)…
Coco,  yo me llamo… Rut…-le dijo la oruga-  y me has convencido, voy a compartir contigo esta planta, vale… Pero me tienes que prometer que solo comerás de las hojas que yo te diga…
(COCO)…
Siiiii…Señora Rut… solo las que usted me diga…
(NARRADOR)…
Rut la oruga  dijo…
(ORUGA)…
Vamos, Coco…sígueme…
(NARRADOR)…
Coco la siguió tronco arriba hasta lo más alto donde las hojas de la planta eran muy tiernas.
(ORUGA)…
¡Esta rama es para ti!  Pero no salgas de ella, porque las demás hojas son para mis hijitos cuando nazcan-…
(NARRADOR)…
Coco, alegre le dio las gracias prometiéndole que no saldría de la rama y empezó a comer, estaba hambriento… Cuando termino de comer Coco, se metió en su concha y se quedó dormido, el  pobrecito estaba muy cansado de tanto andar…Al día siguiente coco se despertó muy temprano, y después de tomarse el desayuno, salió a investigar el terreno de la rama que le dio Rut la oruga.
(COCO)…
¿Qué bonito es esto y que bien se está aquí? ¿Dónde estará Rut?...
(NARRADOR)…
Y coco empezó a llamar a la oruga buscándola por debajo de las hojas…
(COCO)…
 -RUUT…RUUT… donde estas…RUUT…RUUT-
(NARRADOR)…
Pero Rut no contestaba… Y Coco siguió y siguió buscando a Rut un buen rato hasta que de pronto…
Debajo de una hoja vio una cosa ovalada, -como un caramelo- que colgaba y con algo dentro…
(COCO)…
-Rut, ¿estás dentro de esa concha?
NARRADOR
-dijo Coco con ojos de sorpresa…
(ORUGA)…
-Si Coco, esta es mi casita… ya soy muy viejita y tengo frio… así es que, me quedare dormida un tiempo y cuando despierte, tu veras como he cambiado… ya no seré la oruga Rut, sino una linda mariposa la que utilizará esas hojas que tú no puedes tocar…La  mariposa Rut será la que ponga los huevos y así nacerán mis hijitos orugas…  Ya me despido de ti Coco,… se fuerte, y cuida la planta…para que así en primavera puedas jugar con mis hijitos….
(NARRADOR)…
Coco se quedó mudo, no entendía nada, de lo que hablaba Rut… Que si una mariposa, que si unas orugas…  Lo importante fue que Coco en su paseo, encontró dos amigos…
La hormiga flirt  que le llevó a un lugar con ricas plantas para comer…Y a Rut la oruga, que a pesar de que era una cascarrabias, permitió a Coco quedarse en esa planta, compartiendo las hojas con el….Coco estaba feliz, muy feliz, porque en esa planta que olía tan bien y estaba tan rica, tenía su casita y su alimento, además tenía la responsabilidad de cuidarla, para en la primavera poder recibir a sus amiguitas las orugas….Coco, se sentía orgulloso de ese paseo…
Y colorín colorado este cuento se ha acabado
FIN…….
ALOHE……08/01/2011 

CUENTO…2
LA BAHÍA DE LOS DELFÍNES
Os voy a contar una historia, un sueño, una fantasía, algo que soñé un día...En mi sueño, se me ocurrió hacer un viaje, un viaje por mar, aunque en la realidad me da mucho miedo el mar.... pero en esta historia, no, soy muy valiente al decidirme hacer un viaje en avión y por mar... mi destino será México... a la bahía de los delfines,- bueno eso creía yo, que la bahía de los delfines estaba en México-… Así que un día, haciendo mis maletas toda contenta, puse rumbo a México quería ver algo, que de siempre me ha fascinado... -los delfines- un ser inteligente además de simpático...Me habían hablado tanto de ellos, las personas que habían tenido algún tipo de contacto con ese fascinante pez, que mi inquietud y las ansias de poder realizar ese sueño era algo que me incitaba y apremiaba a ir a ese lugar y ver a centenares de ellos en el agua e incluso a ser posible poder nadar yo con ellos...Y con esas ideas en mi mente y una ilusión tremenda dentro de mi cuerpo, me vi volando el océano. Mi estancia en México fue de ensueño, al llegar me instale en uno de los mejores hoteles a la espera de poder organizar esa aventura, que para mí era fascinante.
Hablando con el conserje del hotel de como poder visitar la bahía de los delfines, me lleve la mayor sorpresa que podía haberme llevado en toda mi vida, ya que muy amablemente y sonriéndose , me explico que para ir a la bahía de los delfines, tenía que ir ni más ni menos hasta Panamá....el conserje del hotel, me explico que había dos maneras de ir a Panamá... en avión o en avión y barco o por carretera... pero que esa era más cansada y más larga, vamos que se tardaba más tiempo en llegar... yo no veía realizado mi sueño, pues los días corrían y todo se terminaba, me era imposible creer que me habían engañado, haciéndome creer que la bahía de los delfines estaba en México como me habían dicho, pero no, ahora cuando estaba en México me decían que allí no , que tenía que ir a Panamá...
Pues nada me arme de valor y prepare mi equipaje para tomar un barco, o una barca o algo que me llevara por mar a Panamá,...y al día siguiente ya estaba en Panamá...antes de entrar a puerto, por las costas del pacifico, mi sorpresa era enorme, pues ya se veía algún que otro delfín acompañando al los barco, yo estaba fascinada, mirando a los delfines como nadaban y con la rapidez que iban y los saltos que daban...
Tomando un taxi, pedí que me llevaran a un hotel, alguno que estuviese más cercano a la bahía de los delfines...Y así lo hizo el taxista, tomando una carretera cercana a la playa me llevo rumbo al hotel... el paisaje que mis ojos iban viendo era un paraíso para ellos, pero no tanto como ver la vista de un mar azul de aguas calmas y cristalinas...eso para mí era lo más bello que mi ojos habían visto hasta el momento....
Ya llegando al hotel el taxista me informo que en ese hotel organizaban excursiones para ir a la bahía de los delfines y que hasta se podía hacer submarinismo, e incluso bañarse donde están los delfines...yo no cabía de gozo de lo que estaba a punto de realizar, aunque tenía miedo, pero mi ansias de tocar y poder ver un delfín cara a cara era superior a ese miedo que le tenía al agua y al delfín en sí....
Ya en el hotel instalada, -pues me habían dado una habitación, con unas vistas preciosas-, desde el balcón se veía a lo lejos la bahía de los delfines...
Hablando con la recepcionista pregunte donde se podía apuntar a una excursión para ir a la bahía de los delfines, la cual muy amablemente me dijo que allí mismo en el hotel se hacía y que ella era la encargada de tomar nota de todos los que se quisieran apuntar a esa o demás excursiones que se hacían en el hotel... se hacían cada día una y a distintos lugares... al día siguiente precisamente era la de la bahía... me apunte y me fui a visitar los alrededores del hotel. Esa noche, ni dormí pensando la proximidad de los delfines, pensando que al día siguiente se iba a realizar esa ilusión de tantos años...
Me desperté, muy cansada de la inquietud que había tenido toda la noche, pero no me importaba el cansancio, no me importaban las ojeras que tenía... solo de pensar en ver a los delfines... me puse mi bikini, unos pantalones cortos y una camiseta y tomando un sombrero y la mochila me dirigí escaleras abajo al comedor del hotel.
Después de desayunar nos reunieron a todos en un salón para explicarnos como iba a ser la ruta a la bahía de los delfines, dividiéndonos en dos grupos, los que querían bañarse con ellos y los que solo querían verlos... a los que nos íbamos a meter en el agua nos llevaron en unos barcos pequeños parecidos a las lanchas, y los demás iban en un barco más grande...
Y así los dos barcos pusieron rumbo por la costa a la bahía de los delfines...
Cuando oímos al guía que nos decía que ya habíamos llegado, yo no daba crédito y solo decía ¡ya! pero si no hay ningún delfín, el guía se reía y contestaba,
-Espera y veras si hay delfines o no...
Del barco nos pasaron de dos en dos a lanchas, y se alejaron llevándonos haciendo círculos por la bahía, hasta que se quedaron paradas una al lado de otra... yo estaba sentada en un lateral de la lancha desde donde se podía tocar el agua cuando de pronto...sentí que algo me tocaba la mano, me la rozaba
Me asuste pero no me atreví a quitar la mano de donde la tenía, solo se me ocurrió mirar y ahí estaba.... el delfín más hermoso y fascinante que yo había visto... el pez solo hacía que tocarme la mano, y yo no sabía qué hacer, si tocarlo, o llorar de alegría, simplemente me quede quieta, estática, de la emoción que sentía en esos momentos...
El guía de la lancha que iba con traje de buzo... se acercó a mí y me dijo... él quiere que lo toque... y eso hice, pase la mano por una piel resbalosa pero suave, agradable de tocar. La sensación que sentí es inexplicable, no sabía definirla, era una sensación tan fuerte la que sentía dentro de mí, que el pecho me estallaba, y no podía dejar de acariciar esa cabeza ni de apartar los ojos del delfín...al delfín le paso lo mismo conmigo, porque se iba nadando y dando saltos para luego volver y con su morro echarme agua para que le prestara atención y le tocara la cabeza... los demás querían tocarlo pero él se retiraba buscando mi mano...
El guía nos preparó para poder bajar al agua a nadar con ellos, pues para ese entonces la bahía estaba ya repleta de delfines dando saltos por el agua y haciendo juegos divirtiendo a los turistas... yo seguía atónita y seguía como una autómata las instrucciones del guía que se iba a meter en el agua conmigo para poder nadar con los delfines... ni me acordaba que estaba en el agua y que mis pies, no tocaban el suelo... para mi estaba en una piscina donde mis pies tocaban el suelo firme....
Yo solo quería estar con ese ser que me había cautivado y al parecer yo a él.... ya metida en el agua me sentí como una sirena rodeada de tantos delfines, todos acudían donde estábamos para darnos con el morro o rozarse con el cuerpo, e incluso saltando para mojarnos más de lo que estábamos… el encanto era maravilloso, el agua clarísima hacia ver como los peces se veían en el fondo.... yo solo buscaba al delfín que me había cautivado, pero como reconocerlo si todos los delfines eran iguales, más pequeños o más grandes pero del mismo color, de un color azul grisáceo por la parte del lomo y más claritos por la panza... a ver quién conocía a ese delfín tan precioso, si todos eran hermosísimos.
Mi sorpresa fue enorme cuando el guía me dijo... vas a ver al delfín que te ha cautivado, en un segundo, no te asustes que te va a levantar en su espaldas.... y así mismo fue, sin apenas darme cuenta estaba encima del más bello delfín que mis ojos habían visto. Tenía los ojos negrísimos y una cara simpática, su aleta superior era pequeña y las de adelante parecían manos, además de ser muy tranquilo y juguetón.... así, fue pasando el día con los delfines... yo estuve todo el día con mi delfín, jugando y nadando y sobre todo acariciándolo, pues la sensación de acarear su piel tan suave, era algo emocionante para mí... a él le gustaba que lo acariciara, pero le gustaba más empujarme con el hocico y que le diera besos, ah y hacerme travesuras... me hacía sentarme encima de él y se hundía conmigo para que nadara con él por debajo del agua,,, para después subir a la superficie y volver a repetir..
Bueno así fue ese inolvidable día con los delfines en la bahía... una historia bonita de contar, pero más bonita poderla hacerla realidad, así que ya que ese viaje no he realizado, en sueños la he vivido y fantasía os la he contado... FIN
ALOHE…… 2010

LA MARIPOSA Y LA ABEJA

En un campo lleno de flores, se encontraron una mariposa y una abeja,
Las dos iban revoloteando de flor en flor.

La abeja era un poco gruñona, al contrario que la mariposa que era tranquila y alegre.

La abeja recogía el polen de las flores para hacer la miel y no le agradaba ver a nadie en su sitio de trabajo.

Un día estando recogiendo el polen vio a una mariposa que estaba parada en una flor  en la que ella recogía el polen.

Y con el ceño fruncido y un gran mosqueo se dirigió a la flor diciéndole a la mariposa…

¡Oye, tú! Que haces en la flor donde yo recojo el polen.

La mariposa moviendo sus preciosas alas y riéndose le contesto…

-Hay polen para las dos, no sea gruñona, además hay muchas flores como esta, vete a otra si no quieres compartir.

¡A otra!

Le contesto la abeja sorprendida

Y porque me tendría que ir a otra si es esa la que me gusta, ¡Vete tú!

-Vale, vale, no te enfades, te gusta este polen para tu miel, ven compartamos la flor a medias. No sabes que el compartir es bueno, engrandece y sienta bien, además el dar y compartir hace feliz. ¡Ven! Disfrutemos las dos volando de flor en flor y seamos felices disfrutando del  sol del aire y de la fragancia de las flores.

La abeja no se atrevía  a ponerse en la flor que estaba la mariposa, nunca había compartido nada y menos una flor donde ella se llevaba el polen para hacer la miel, pero poco a poco mientras se iba acercando a la flor se le iba pasado en enfado, dándose cuenta que no era tan molesto el compartir y que la compañía de la mariposa era mejor que estar sola.

Moraleja…
La abeja comprendió que tener una amiga era mejor que estar sola. Que no es bueno estar enfadados ni ser gruñona
 ALOHE
5/11/2014



VAMOS AL ZOO.

Javier era un niño muy bueno pero nada tranquilo. Su mamá estaba siempre riñéndole Porque no paraba nunca, no se estaba quieto en casa ni para comer ni para ver la tele, no se conformaba con nada ni mil promesas que sus papás le hicieran para que se estuviese quieto solo por un ratito, nada le dejaba por cinco minutos quieto, ni los puzles, videojuegos, nuevas series de dibujos, nada de nada.
Solo había una cosa que a Javier si le tranquilizaba y era los animales con eso si era feliz y se quedaba muy quieto mirándolos, estudiándolos, pero claro en casa no tenían animales , ni un perro , ni un gato, ni mucho menos monos u otra clase de animales que a Javier le gustaban.
Un día contándole a sus papas que porque no lo llevaban al zoo a ver a los animales a los padres se les ocurrió una idea para que Javier parara de moverse en casa o en casa de los demás y más cuando estaban comiendo o de visita en casa de algún familiar, porque para Javier eso de ir de visita como que no le gustaba y solo quería ir al zoo o adonde  hubiese animales para verlos…
A los padres se les ocurrió entonces hacer un pacto con Javier, que si él era capaz de estarse tranquilo durante la semana en casa, en el colegio o en las visitas que hacían, ellos a cambio le llevarían al zoo o a una granja de animales todos los domingos.
Y sabéis que paso…
Que Javier acepto  lo que los padres le pedían,  al principio le costó mucho  estarse quieto pero después de la primera semana ya no le costó nada porque vio que si el obedecía a sus papás ellos lo recompensaban con llevarlo al zoo
Y así fue como Javier aprendió que para  recibir algo uno tiene que poner también de su parte en complacer a los demás

ALOHE
5/11/2014

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