La luz golpea Centelleante en las paredes de una habitación.
Mientras un alma vaga errante y solitaria.
¿Y tú otra vez? No puedo escapar, tu estas ahí...
Yo no quería nada, sólo una sonrisa, una caricia, una mirada...
Los rescoldos de la hoguera
aún están latentes en un corazón, que sólo busca el amor.
No dejará que las cenizas se esparzan,
ni que los campos estén mustios, sin flores, sin su verdor.
Todo se hace pequeño, mis castillos de arena
se derrumbaron poco a poco al paso del tiempo,
dejando una oxidada armadura en este cuerpo,
pero aún así, no decaerá en ningún momento.
Y no quería nada, sólo el calor
y un minuto de tiempo, tan sólo quería eso.
Yo no miento ¡No! No miento...
Sólo extraño esos momentos.
donde con sólo una mirada, se detenía el tiempo,
Si, esos momentos donde mi cabeza se acopla en tu pecho,
Y tus dedos acariciaban mi pelo...
Y aquí estoy, haciéndome preguntas sin respuestas,
Como el llamar repentino a una puerta
o la mirada de unos ojos indefensos
o la corriente de unos ríos sedientos
o como el escorpión en guardia, rodeado por el fuego...
Si, así es, aquí estoy preguntándome eso...
Analizando la anatomía de mi cuerpo y me pregunto...
¿Porqué mi corazón anda perdido
en medio de una tormenta de sentimientos
o abandonado en una playa desierta?
Y confundida sigo buscando respuestas...
Porque corazón y mente no se complementan.
¿Formo parte de algo? ¿Soy algo o me convierto en algo?
O sólo soy un rayo de sol en las sombras
o caer dormida en un sueño de los sueños
o simplemente es un viaje imaginario
sondeado por los caminos de la mente
y que no conducen a ninguna parte...
Me aventuré un día en un viaje sin equipaje
y en la maleta sólo iba un corazón de sentimientos, un cuerpo
y, una mente sin razonamiento,
en pos a un camino infinito
y a unas preguntas sin respuestas...
Alohe... Toñi Lopera Herreros
26/05/2020
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